El mandatario se desplazó a primera hora para mantener una reunión a puerta cerrada con el líder de la Cámara Baja, el también republicano Mike Johnson, y otros legisladores de su formación, algunos de los cuales votaron el 16 de mayo en contra de ese plan en el Comité de Presupuesto, por considerar que aumentaría el déficit presupuestario.
“Tenemos un partido muy, muy unido. Tenemos una Cámara Baja muy unida, un Senado muy unido, y Mike está haciendo un trabajo fenomenal”, apuntó Trump a su llegada al Capitolio.
El plan, bautizado por el mandatario como “el gran y hermoso proyecto de ley”, busca extender las exenciones fiscales que este ya aplicó en su primer mandato (2017-2021) e incluir nuevas rebajas junto con limitaciones al programa de salud Medicaid, uno de los temas más polémicos en las negociaciones.
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Los congresistas han celebrado sesiones para adelantar el proyecto y lograr su aprobación antes del Día de los Caídos, el 26 de mayo, con la intención de que llegue al Despacho Oval antes del simbólico 4 de julio, Día de la Independencia estadounidense.
Trump consideró que el proyecto va a llegar al pleno muy pronto y va a conseguir un gran apoyo.
La propuesta también incluye recortes en los impuestos a los préstamos para adquirir automóviles fabricados en el país y un polémico impuesto del 5% a las remesas enviadas fuera de EE. UU., visto desde México como una injusticia y una acción discriminatoria que afectaría a los migrantes mexicanos.
Aunque aún no hay cálculos precisos de cuánto le costará a las arcas públicas el nuevo megaproyecto fiscal, el presidente de la Comisión de Medios y Arbitrios, el republicano Jason Smith, adelantó que, de momento, el monto ronda los US$3.9 billones, por debajo del límite ideal de US$4.5 billones fijado por su partido.
Trump destacó que, pese a que no busca perjudicar a ningún estado, quiere beneficiar a los republicanos porque, en su opinión, parafraseando su lema de campaña, son ellos los que van a hacer que Estados Unidos sea “grande de nuevo”.
“Los demócratas están destruyendo nuestro país. Eso se vio con la Administración anterior, con una política de fronteras abiertas que permitió la entrada de 21 millones de personas a nuestro país, muchas de ellas asesinos a sangre fría y problemáticos”, dijo, reiterando sus habituales acusaciones contra el bando contrario.